https://149.102.231.139/ https://niklassundin.com/ https://kollamcity.in/ https://micapn.com/ https://muzikkitabi.com/ https://gruvstugan.com/

Piet Oudolf: paisajista, jardinero y gran observador de la naturaleza.

Piet Oudolf nació en 1944 en Holanda. Sus padres tenían un pequeño restaurante, cerca de un parque de flores silvestres. Piet ayudaba en el negocio familiar y estimulado por el interés que tuvo en los jardines desde chico consiguió su primer trabajo, justamente, en un centro de jardinería. Luego, estudió Construcción de Jardines y abrió su propia compañía. Casado con Anja, decidieron comenzar un jardín y un vivero, y para ello se mudaron con sus dos hijos a Hummelo, en tierra rural holandesa. Anja tuvo un rol preponderante en la carrera de Piet, tanto al frente del vivero por tres décadas, como en la organización de ferias y en desarrollar lazos con la comunidad.

Tal vez la experiencia más vanguardista y célebre de Piet fue la que llevó a cabo en su propio jardín. Su carrera también tomó vuelo gracias a sus colaboraciones en espacios públicos –como el Lurie Garden de Chicago – y a través de las instalaciones temporales en la Serpentine Gallery y la Bienal de Venecia. En 2013 recibió el Premio de Honor Cultural en Holanda de manos de la reina Máxima y en 2018 el Doctorado Honorario en Letras de la Universidad de Sheffield y el «Horticultural Hero» de la RHS en Hampton Court.

Oudolf es el referente contemporáneo más notable de un movimiento de plantación basado en la ecología, el conocimiento profundo de las plantas, de su diversidad y de sus hábitats. Si bien The Wall Street Journal llamó a Piet Oudolf la estrella de rock entre los diseñadores de jardines, quienes lo conocen lo definen como una hombre cálido, generoso, de pocas pero certeras palabras, que siempre atrae personas a su alrededor y contagia su actitud de compartir.

 

Así crea sus plantaciones

  • Oudolf prioriza la estructura y la textura (todo el año), la belleza de los contrastes de orden y desorden, incorpora los factores intimidad (estar inmersos en la plantación) y de espacio y tiempo (recorrer la plantación desde diversos ángulos y perspectivas, y desde «adentro»).
  • Su riqueza está en utilizar un número muy alto de especies, muchas más de las 15 o 20 habituales en los jardines. Por ejemplo, en un jardín puede haber 115 especies de plantas diferentes, plantadas según un esquema formado por «plantas primarias» (herbáceas perennes) protagónicas sobre una «matriz» de gramíneas o «grass-like» discreta.
  • Las plantas primarias pueden estar plantadas en grupos o en «drifts» y mantienen buena estructura casi todo el año. Las «dispersas» duran menos y son como fuegos artificiales aislados, en menor cantidad y que se repiten creando unidad, o bien en todo el jardín o en áreas diferentes. A su vez, las tres categorías arman «capas». Los árboles y plantas leñosas también forman «capas».
  • Generalmente hay un relato: «el Bosque», «la Entrada», «la Pradera», «el Bajo». Piet planta en grandes cantidades para no dejar tierra desnuda (lo cual considera un grave error), y en sustrato orgánico, libre de banco de semillas; además, solo hay riego los dos primeros años.
  • Consigue estabilidad en sus plantaciones, elige plantas que funcionan combinadas con otras, que están bien adaptadas a su medio ambiente, viven a largo plazo y decaen bellamente. Las que se autosiembran se minimizan y las perennes se eligen por su capacidad de sobrevivir sin necesidad de una división regular.
  • Piet Oudolf y el arte de su jardín privado a lo largo de las cuatro estaciones son el tema central del documental Five Seasons de Thomas Piper.

Diseñador y viverista holandés, sigue inspirando, enseñando y creando desde el conocimiento, con absoluta libertad.

Cómo es el estilo Oudolf

Hace poco, en un enorme jardín privado de Estados Unidos tuve la suerte de observar durante dos días cómo trabaja Oudolf. Las plantas estaban todas presentadas y él empezó a cambiar de cantero algunas sin mirar el plano. Cuando le pregunté si cambiaba el plano habitualmente, contestó: «No estoy cambiando nada, estoy reacomodando plantas».

Piet crea jardines privados o públicos que son atractivos todo el año. Encuentra belleza tanto en los marrones, negros y grises de las cabezas de semillas secas y de las flores marchitas, como en las erupciones de colores que parecen bordadas como en una tela sobre campos de pastos.

Las plantas se mueven y explotan en altura y en capas, contrastan y a la vez, algunas tan sutiles, se esfuman unas con otras siguiendo un relato claro y ondulante.

Sus jardines tienen una enorme cantidad de canteros, miles de plantas en relación con el área de césped, un alto número son nativas y están más cerca de la ecología que de la jardinería ornamental.

La ecología es importante en su trabajo, pero según él, la jardinería exitosa viene de la experiencia y del control, y los jardineros no deberían sentirse presionados por reglas como «solamente usá plantas nativas».

Es un gran impulsor de un paisajismo beneficioso para el medio ambiente, pero opina que, al sur de California por ejemplo, podrían utilizarse plantas de Australia o de climas del Mediterráneo también.

Sus densamente plantados jardines parecen naturales, pero son meticulosamente diseñados en papel. Si las plantas se comportan bien, pueden quedarse. De lo contrario son removidas. Hay que elegir «la planta correcta» y que dure un largo tiempo, que sea longeva, y predecir qué es lo que va a pasar. Según Piet, el jardín no es Naturaleza, es lo que te gustaría ver en la Naturaleza. Puede parecer salvaje, pero no debería serlo.

   

Los verdes se destacan en el otoño. Luego, el paso de las estaciones traerán otros coloridos y formas.

 

En Hummelo tiene su casa, su estudio y su propio jardín, lugar de experimentación. Está abierto al público algunos días en el año, o con cita previa.

En el documental “Five Seasons: The Gardens of Piet Oudolf”, el paisajista muestra cómo crea los planos de sus jardines. En la imagen, detalle del mapa de Durslade. Cortesía de “Five Seasons: The Gardens of Piet Oudolf”

 

A pesar de que cuando se formó como paisajista los tradicionales jardines ingleses —en los que predominan las flores y el color— estaban de moda, a Oudolf nunca le interesaron lo más mínimo. Sus ideas, poco convencionales incluso hoy en día, tienen más que ver con la estructura y la forma, y dejan de lado el color, lo que para los no iniciados pensaríamos que es la base de todo. ¿Puede, entonces, un paisajista no prestar atención a la paleta cromática de la naturaleza? Por supuesto. A Oudolf le interesan mucho más los tonos marrones y grises que el azul o el rosa de una flor. O, lo que es lo mismo, para Oudolf es igual (o más) interesante un jardín durante el otoño y el invierno, y no cree en lugares que hayan sido concebidos para ser contemplados únicamente en primavera.

“En otoño no esperes nada que no sea la muerte”, explica en el documental Five Seasons: The Gardens of Piet Oudolf (Tom Piper, 2017), una interesante cinta en la que el holandés expone su trabajo a través del deterioro o el renacimiento de sus composiciones durante las estaciones del año. Su teoría cobra todo el sentido si pensamos en los jardines como un elemento vivo y una prolongación de nuestra condición cambiante. En el ciclo de la vida existe el nacimiento y la muerte, y en el paisaje ocurre (o debería ocurrir) lo mismo. Ese es el matiz por el que sus jardines parecen poseer una cualidad hipnótica a la que es difícil escapar, al fin y al cabo nos sentimos identificados en esa estética: “Cuanto más tiempo estás aquí, más ves y más sientes”, explica en el documental.

Pero lograr esa coherencia y normalidad no corresponde en absoluto con un trabajo fácil de desempeñar. Todo lo contrario. Los jardines que garantizan una estética perfecta durante un corto periodo de tiempo al año, son más fáciles de componer: al fin y al cabo la mezcla de elementos solo funciona en un momento determinado. La escrupulosa investigación científica de Oudolf, sin embargo, le ha servido para saber con precisión no solo cómo se comporta cada planta sino también cómo se relaciona con las demás, haciendo que el conjunto funcione durante los 12 meses del año. Por ejemplo, el mismo cardo que da una flor azul durante el verano, cuando se cae, deja una cabeza perforada, que después también se cae… y así sucesivamente hasta completar un bello ciclo que forma parte, inevitablemente, de nuestra necesidad emocional. Porque se trata de percibir la belleza de la floración pero también de la descomposición.

Piet Oudolf, en una escena del documental “Five Seasons: The Gardens of Piet Oudolf”, pinta el plano de uno de sus proyectos en su estudio de Holanda. Cortesía de “Five Seasons: The Gardens of Piet Oudolf”

Precisamente esta obsesión por el ciclo natural de las plantas es lo que ha convertido a Oudolf en un referente en el movimiento de plantación basado en la ecología. Para lograr que su obra sea lo más semejante a la naturaleza salvaje, el holandés no crea elementos decorativos, sino composiciones en constante proceso, mediante la mezcla de una base de plantas perennes con una segunda capa de especies caducas, todas ellas emplazadas sobre sustratos orgánicos. El objetivo es conseguir la permanencia de una parte del espacio y el autosembrado del resto, para que jardines como el de Vlinderhof se gestionen con la colaboración ciudadana y permanezcan inalterables durante muchos años. Una bellísima contribución al medioambiente y a la estética de nuestras ciudades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/asi-disena-jardines-piet-oudolf-rock-star-nid2184441/

https://www.vogue.es/living/articulos/jardines-bonitos-piet-oudolf-sostenibilidad

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *