La suave melodía del agua al brotar provoca un enorme bienestar al llenarnos de calma y serenidad. Es por este motivo que las fuentes se convierten en protagonistas de muchos de los jardines domésticos, así como en patios. Si estás pensando en instalar una fuente en casa, fíjate antes en varios aspectos: tamaño, diseño, materiales… Te hablamos de todo ello para que aciertes en tu elección.
Formas y tamaños.
Las fuentes emiten sonidos suaves y relajantes y dan un fantástico aire de frescor al jardín, por lo que son elementos inigualables para regalar una estética muy especial a los exteriores, indiferentemente del tamaño que ocupen e incluso que no se sitúen en el centro de la composición del paisajismo.
Los modelos de gran verticalidad resultarán escultóricos y estilizados, mientras que los de líneas horizontales pueden contar con más chorros de agua y, en estos casos el borde de la alberca puede servir de asiento en el jardín, como se hace en este proyecto de Patrick Genard & Asociados en la reforma de una vivienda.
Respecto a los tamaños, hay modelos monumentales y otros de dimensiones mucho más discretas, incluso se comercializan de sobremesa.
Materiales.
Desde todos los tiempos, y hablamos de miles de años, se han fabricado fuentes generalmente en piedra. En el Mediterráneo también son muy habituales las fuentes de obra, realizadas artesanalmente con cemento.
A todos estos materiales se suman actualmente el acero galvanizado, el zinc, el cobre, la resina, el hormigón o la fibra de vidrio, entre otros.
Decoraciones variadas.
En las fuentes de pared, resulta muy acertado decorar el frontal con azulejos que recreen escenas bucólicas, de otras épocas o, si prefieres dar un toque más actual al conjunto, simplemente que luzcan bonitas y sobrias formas geométricas.
Respecto a las fuentes centrales, dependerá de tus gustos, pero pueden lucir líneas más o menos trabajadas y estar adornadas por esculturas. En este sentido, aparte de las figuras humanas son muy habituales las de peces o relacionadas con la naturaleza.
Un surtidor original,
Otra opción muy estética y que ofrece un estilo contemporáneo es apostar porque el agua salga en cascada en lugar que por un caño. Este tipo de fuentes además pueden ir dotadas de iluminación Led, para disfrutarlas también cuando oscurece el día.
Encontrarle el lugar idóneo.
No pienses que para hacer de la fuente la protagonista del jardín hay que ponerla obligatoriamente en el centro del espacio, otra forma preciosa de que resulte el punto focal es situarla en un punto estratégico, como al fondo de un camino flanqueado con exuberante vegetación.
Más opciones, en especial si tu jardín es de generosas dimensiones y cuenta con un estanque, es situar allí una o varias fuentes ornamentales. También lo veremos luego, junto a la piscina es una alternativa de lo más acertada.
Diseño oriental.
Si tu jardín es de estilo japonés o zen, nada mejor que incorporar elementos de agua. Son muy típicas las fuentes de piedra a la que cae agua desde una caña de bambú, las llamadas tsukubai cuya estética evoca pureza y tranquilidad. ¿Sabías que el término deriva de la palabra arrodillarse? Cargadas de gran simbolismo, estas fuentes sirven para la purificación del alma y para usarlas los usuarios deben agacharse. De ahí que siempre se sitúen en el suelo y no elevadas.
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Creaciones personalizadas
En el mercado existen infinidad de propuestas de fuentes, desde sencillas y elegantes hasta obras de arte sumamente ornamentadas. Pero si incluso así no encuentras la que encaja a la perfección en tu jardín o patio, muchos fabricantes también las hacen a medida, tanto si se trata de fuentes de centro como las de pared. Y normalmente te ofrecerán muchas facilidades para darte un presupuesto online, tan solo necesitarán: tener un dibujo esquemático y conocer las medidas y el material de tu elección.
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